En esta época del año, es frecuente que los ojos estén rojos, piquen e incomoden a una de cada cuatro personas. Quienes acuden al oftamólogo suelen manifestar irritación, estar más sensibles a la luz, que no pueden dejar de lagrimear o que sienten una especie de arenilla debajo de los párpados. Si se está frente a estos síntomas, es probable que se padezca una conjuntivitis alérgica.
-Es una inflamación ocular producida por alérgenos, es decir, sustancias capaces de provocar una reacción en personas sensibles. Es decir que no todas desarrollarán el cuadro pese a que estén expuestas a las mismas sustancias. A pesar de que cuando se habla de conjuntivitis la mayoría lo asocia con un origen infeccioso, ésta puede tener múltiples causas: microorganismos (virus y bacterias), irritaciones alérgicas, irritaciones tóxicas producidas por gases o sustancias químicas e inflamaciones traumáticas, explica el médico oftalmólogo Rogelio Ribes Escudero.
En esta época del año aumentan los alérgenos de origen vegetal, especialmente los pólenes. En pacientes alérgicos, los alergenos generan una respuesta inflamatoria. Los ojos son mucosas expuestas todo el tiempo al medioambiente, razón por la cual son frecuentes las conjuntivitis alérgicas.
El principal síntoma es picazón o prurito, aunque se acompaña con ojos rojos y edema palpebral. Es importante su correcto diagnóstico con estudios de sangre, de laboratorio ocular y un examen oftalmológico.
Ribes Escudero, que es miembro de la Sociedad Argentina de Superficie Ocular e integra el servicio de Oftalmología del Hospital Alemán, precisa que los alérgenos más comunes que producen estas reacciones son polvo, polen, moho, pelo de animales, plumas de aves y perfumes. Y añade que pueden existir otros factores como los productos cosméticos para ojos (rimel, delineador, lápices y sombras para párpados), la contaminación ambiental y el contacto con agua de piscinas que contengan productos desinfectantes como cloro.