octubre 2025

RCP pediátrica

Cada segundo cuenta cuando se trata de salvar una vida.

En los niños, los paros cardiacos suelen ocurrir por problemas respiratorios, atragantamientos o ahogamientos. En ese momento crítico, la reacción rápida de un adulto puede salvarles la vida.

Carla Tempone, enfermera de Terapia Intensiva Pediátrica, y Soledad Vergas, enfermera pediátrica del Hospital Alemán, explican cómo la preparación y la rápida reacción de los adultos pueden marcar la diferencia en emergencias infantiles.

Saber practicar una reanimación cardiopulmonar (RCP) pediátrica no es un conocimiento reservado al personal de salud. Cualquier persona puede aprender los pasos básicos:

  1. Verificar si el niño responde y respira, llamar al 107.
  2. Realizar 30 compresiones torácicas en el centro del pecho, seguidas de 2 ventilaciones, y repetir ese ciclo hasta que llegue la ayuda o el niño recupere la respiración.
  3. Si hay un desfibrilador (DEA) cerca, sólo hay que encenderlo y seguir sus indicaciones.

Pero hay otro tipo de emergencia que ocurre con frecuencia en la infancia y que también requiere una reacción inmediata: el atragantamiento.

Las situaciones de Obstrucción de la Vía Aérea por un Cuerpo Extraño, son conocidas como O.V.A.C.E.
“No todas requieren maniobras, pero es fundamental estar familiarizado con la técnica correcta, porque los errores por falta de conocimiento pueden causar daño
” aclara Soledad.

Entre esos errores, menciona el barrido a ciegas con los dedos dentro de la boca del niño, o la práctica de sostenerlo boca abajo tomándolo de los pies, ambas maniobras peligrosas que deben evitarse.

Cuando un niño se atraganta y tose o puede hablar, lo mejor es no intervenir y dejarlo toser. La tos es el mecanismo más eficaz para expulsar el objeto. Pero si no puede respirar, hablar ni toser, hay que actuar de inmediato.

En lactantes de 0 a 2 años, el atragantamiento es más común de lo que creemos. Por eso conocer en que consiste la maniobra puede marcar la diferencia:

  1. Sostener al bebé boca abajo, sobre el antebrazo, con la cabeza más baja que el cuerpo.
  2. Aplicarle cinco golpes firmes entre los omóplatos con el talón de la mano.
  3. Girarlo con cuidado y realizar cinco compresiones en el centro del pecho.

Se alternan estos pasos hasta que el objeto salga o el bebé comience a respirar. Si pierde la conciencia, se inicia RCP y se pide ayuda urgente.

RCP pediátrica

Más allá de saber cómo actuar, las enfermeras coinciden en que la prevención es la mejor herramienta. Supervisar siempre a los niños mientras comen o juegan, evitar alimentos duros o enteros como uvas, y no permitir que corran con objetos en la boca son medidas simples que salvan vidas. También es importante cuidar los juguetes con piezas pequeñas, enseñar a masticar despacio y con atención, y reducir las distracciones durante la comida.

Conocer las maniobras correctas, estar atentos y tomar medidas de prevención son acciones que todos los adultos pueden poner en práctica para cuidar la seguridad de los niños.